domingo, 30 de noviembre de 2008

patinaje

Lo que daría por saber patinar, mi chico me compró hará 3 años unos patines, fueron caros, y me llevó a patinar con unos amigos por el paseo de la playa, yo no tengo ni idea, sólo se ir para adelante, no se ni frenar, y no me quiere llevar más, pero a mi me gustó, pero no sé frenar, pero por ese paseo voy bien, lo convenceré para volver a ir. Hay unos chicos de donde me vendieron los patines que por cierto me dieron un vale para una clase y no fui, que tonta, y hacen cada cosa que me dan mucha envidia,yo me quedaba ahi de pie con mis patines mirando para ellos.
Aparte de eso me gusta también el patinaje artístico, aunque nunca me entero cuando lo echan por la tele, y me gusta mucho una pareja francesa Marina Anissina y Gwendal Peizerat, y ella levantaba al chico, me encantaban, fueron campeons varias veces ahora ya están retirados.



Evgeni Plushenko también me gusta mucho

sábado, 29 de noviembre de 2008

freixenet

este año me gusta el anuncio, más que nada porque están las chicas de natación sincronizada, que siemre me han dado envidia de lo que pueden hacer, ya sabeis que a mi me encanta el agua y la natación.

Imagino que este no es el anuncio entero, pero ahí va

miércoles, 26 de noviembre de 2008

a ver quien aguanta sir reir

me encanta reir, después de echarte unas risas te quedas muy relajada y los bebés es lo que mejor saben hacer, ellos no tienen preocupaciones ni nada, como debe ser. Y este del video me encanta, me lo pasaron al movil pero está, como todo, en youtube



domingo, 23 de noviembre de 2008

amigos


Hay millones de frases sobre la amistad, "quien tiene un amigo tiene un tesoro",

Cicerón decía que si la amistad desapareciera de la vida sería como si se apagase el sol.

Hay otra que dice que un amigo es un regalo que nos hacemos a nosotros mismos.

Otra que me gusta bastante es que un amigo es alguien que te pregunta cómo estás y se queda a escuchar la respuesta.

Hay miles, la verdad que los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de una mano, y más si son de años, como nenhari que le perdí la pista unos años pero ya nos hemos vuelto a localizar :p

En pontevedra he dejado muy buenos amigos, y cuando voy procuro verlos aunque la mayor parte del tiempo se lo dedico a mi familia, aunque los amigos para mi son tu familia también, mis amigos de pontevedra me hicieron un buen regalo cuando me fui, aparte de una fiesta sorpresa se hicieron todos una foto, y me la firmaron por detrás, es un cuadro y por detras es de cristal para que pueda ver las firmas, se los echa de menos.

Aquí en barcelona, tengo unas buenas amigas en el trabajo, lo dicho se cuentan con los dedos, y un par de muy buenos amigos con los que mi chico y yo vamos a todas partes, este verano se vinieron conmigo a galicia y estuvieron con mi familia muy bien.

Yo espero que la amistad con todos ellos dure eternamente, yo creo que así será, aunque con muchos de ellos me separen miles de kilómetros.

Y con mis amigos blogeros también

miércoles, 19 de noviembre de 2008

el lobo y los siete cabritillos

Un cuento que siempre me ha gustado y del que he aprendido porque nunca le abrí la puerta a nadie :) cuando era más pequeña, es de los hermanos grimm



El lobo y los siete cabritillas
Los hermanos Grimm

Érase una vez una vieja cabra que tenía siete cabritas, a las que quería tan tiernamente como una madre puede querer a sus hijos. Un día quiso salir al bosque a buscar comida y llamó a sus pequeñuelas. “Hijas mías,” les dijo, “me voy al bosque; mucho ojo con el lobo, pues si entra en la casa os devorará a todas sin dejar ni un pelo. El muy bribón suele disfrazarse, pero lo conoceréis enseguida por su bronca voz y sus negras patas.” Las cabritas respondieron: “Tendremos mucho cuidado, madrecita. Podéis marcharos tranquila.” Despidióse la vieja con un balido y, confiada, emprendió su camino.

No había transcurrido mucho tiempo cuando llamaron a la puerta y una voz dijo: “Abrid, hijitas. Soy vuestra madre, que estoy de vuelta y os traigo algo para cada una.” Pero las cabritas comprendieron, por lo rudo de la voz, que era el lobo. “No te abriremos,” exclamaron, “no eres nuestra madre. Ella tiene una voz suave y cariñosa, y la tuya es bronca: eres el lobo.” Fuese éste a la tienda y se compró un buen trozo de yeso. Se lo comió para suavizarse la voz y volvió a la casita. Llamando nuevamente a la puerta: “Abrid hijitas,” dijo, “vuestra madre os trae algo a cada una.” Pero el lobo había puesto una negra pata en la ventana, y al verla las cabritas, exclamaron: “No, no te abriremos; nuestra madre no tiene las patas negras como tú. ¡Eres el lobo!” Corrió entonces el muy bribón a un tahonero y le dijo: “Mira, me he lastimado un pie; úntamelo con un poco de pasta.” Untada que tuvo ya la pata, fue al encuentro del molinero: “Échame harina blanca en el pie,” díjole. El molinero, comprendiendo que el lobo tramaba alguna tropelía, negóse al principio, pero la fiera lo amenazó: “Si no lo haces, te devoro.” El hombre, asustado, le blanqueó la pata. Sí, así es la gente.

Volvió el rufián por tercera vez a la puerta y, llamando, dijo: “Abrid, pequeñas; es vuestra madrecita querida, que está de regreso y os trae buenas cosas del bosque.” Las cabritas replicaron: “Enséñanos la pata; queremos asegurarnos de que eres nuestra madre.” La fiera puso la pata en la ventana, y, al ver ellas que era blanca, creyeron que eran verdad sus palabras y se apresuraron a abrir. Pero fue el lobo quien entró. ¡Qué sobresalto, Dios mío! ¡Y qué prisas por esconderse todas! Metióse una debajo de la mesa; la otra, en la cama; la tercera, en el horno; la cuarta, en la cocina; la quinta, en el armario; la sexta, debajo de la fregadera, y la más pequeña, en la caja del reloj. Pero el lobo fue descubriéndolas una tras otra y, sin gastar cumplidos, se las engulló a todas menos a la más pequeñita que, oculta en la caja del reloj, pudo escapar a sus pesquisas. Ya ahíto y satisfecho, el lobo se alejó a un trote ligero y, llegado a un verde prado, tumbóse a dormir a la sombra de un árbol.

Al cabo de poco regresó a casa la vieja cabra. ¡Santo Dios, lo que vio! La puerta, abierta de par en par; la mesa, las sillas y bancos, todo volcado y revuelto; la jofaina, rota en mil pedazos; las mantas y almohadas, por el suelo. Buscó a sus hijitas, pero no aparecieron por ninguna parte; llamólas a todas por sus nombres, pero ninguna contestó. Hasta que llególe la vez a la última, la cual, con vocecita queda, dijo: “Madre querida, estoy en la caja del reloj.” Sacóla la cabra, y entonces la pequeña le explicó que había venido el lobo y se había comido a las demás. ¡Imaginad con qué desconsuelo lloraba la madre la pérdida de sus hijitas!

Cuando ya no le quedaban más lágrimas, salió al campo en compañía de su pequeña, y, al llegar al prado, vio al lobo dormido debajo del árbol, roncando tan fuertemente que hacía temblar las ramas. Al observarlo de cerca, parecióle que algo se movía y agitaba en su abultada barriga. ¡Válgame Dios! pensó, ¿si serán mis pobres hijitas, que se las ha merendado y que están vivas aún? Y envió a la pequeña a casa, a toda prisa, en busca de tijeras, aguja e hilo. Abrió la panza al monstruo, y apenas había empezado a cortar cuando una de las cabritas asomó la cabeza. Al seguir cortando saltaron las seis afuera, una tras otra, todas vivitas y sin daño alguno, pues la bestia, en su glotonería, las había engullido enteras. ¡Allí era de ver su regocijo! ¡Con cuánto cariño abrazaron a su mamaíta, brincando como sastre en bodas! Pero la cabra dijo: “Traedme ahora piedras; llenaremos con ellas la panza de esta condenada bestia, aprovechando que duerme.” Las siete cabritas corrieron en busca de piedras y las fueron metiendo en la barriga, hasta que ya no cupieron más. La madre cosió la piel con tanta presteza y suavidad, que la fiera no se dio cuenta de nada ni hizo el menor movimiento.

Terminada ya su siesta, el lobo se levantó, y, como los guijarros que le llenaban el estómago le diesen mucha sed, encaminóse a un pozo para beber. Mientras andaba, moviéndose de un lado a otro, los guijarros de su panza chocaban entre sí con gran ruido, por lo que exclamó:
“¿Qué será este ruido
que suena en mi barriga?
Creí que eran seis cabritas,
mas ahora me parecen chinitas.”
Al llegar al pozo e inclinarse sobre el brocal, el peso de las piedras lo arrastró y lo hizo caer al fondo, donde se ahogó miserablemente. Viéndolo las cabritas, acudieron corriendo y gritando jubilosas: “¡Muerto está el lobo! ¡Muerto está el lobo!” Y, con su madre, pusiéronse a bailar en corro en torno al pozo.

martes, 18 de noviembre de 2008

tic tac

Estos días no he parado, yo siempre digo que necesito días de 72 horas, pero según Jovellanos dice que "sólo falta el tiempo a quien no sabe aprovecharlo" yo creo que es porque no vivia en estos tiempos modernos, porque he aprovechado todo lo que he podido, he pasado un buen fin de semana con mis amigos en su casa, a pesar que me quedé frita en el sofá mientras ellos se diviertían con la wii, pero tenía cansancio acumulado, hoy he ido a comprar el regalo de cumple de mi suegro, me encanta comprar regalos, me hace mucha ilusión y he estado liada con el trabajo y la casa, quisiera yo días de 72 horas para descansar todo lo que quiero, leer mis libros atrasados, porque me pongo antes de dormir y me quedo frita, ver pelis que tengo por ver, y blogs que leer :p


(cuadro "la persistencia de la memoria" Salvador Dalí)

jueves, 13 de noviembre de 2008

la radio


Tengo que volver a escuchar la radio como la escuchaba antes,desde que vivo aquí apenas la pongo, pero siempre he tenido la radio encendida, de adolescente no me separaba de los 40 principales, y años despúés lo que más escuchaba era m-80 con música de todos los tiempos y noticias, me despertaba con el humos de gomaespuma que me arrancaban una sonrisa de buena mañana, y me acostaba con "la gramola" con Joaquín Guzmán, dejé de oir el programa cuando él se fué, incluso envié 2 cartas, y cartas tradicionales, nada de é-mails pidiendo 2 canciones y me las puso las dos veces, una de ellas fue "a man in in love" de los waterboys y la otra era la banda sonora de la serie el gran héroe americano. Nenhari también escribió y le pusieron su canción, y fuimos juntas cuando vivíamos en pontevedra a ver la gramola en directo, yo fui 2 veces, me encantó, sobre todo porque nunca te imaginas como es el locutor :), recuerdo de la gramola un año por la época de los exámenes que duraba 2 horas más y llamaban estudiantes de todas partes desde las bibliotecas. Con la gramola empecé a coleccionar frases, junté más de 2000 de todos lados, luego dejé de juntarlas al tener internet, porque ahi hay miles y es muy fácil, y lo fácil a mi no me gusta.

Mi madre siempre fue de radio pontevedra y de cadena ser, le gustaba ¿la ventana indiscreta? creo que se llamaba así, cuando estaba Sardá. Y el domingo el fútbol no podía faltar, mi padre siempre del madrid.


En cadena 100 años antes que la gramola había un programa que me quedaba dormida con él, no recuerdo el título, pero el locutor era el del anuncio de larios, ponia la voz a ese anuncio, y me encantaba el programa sólo por oirlo, me encantaba su voz.

Y Joaquín Guzmán siempre me encantará

miércoles, 12 de noviembre de 2008

la lechera

Me gustan mucho las fábulas, siempre se aprende algo de ellas, y ésta de Esopo es una de mis favoritas



(cuadro de Jan Vermeer )



Una lechera llevaba en la cabeza un cubo de leche recién ordeñada y caminaba hacia su casa soñando despierta. "Como esta leche es muy buena", se decía, "dará mucha nata. Batiré muy bien la nata hasta que se convierta en una mantequilla blanca y sabrosa, que me pagarán muy bien en el mercado. Con el dinero, me compraré un canasto de huevos y, en cuatro días, tendré la granja llena de pollitos, que se pasarán el verano piando en el corral. Cuando empiecen a crecer, los venderé a buen precio, y con el dinero que saque me compraré un vestido nuevo de color verde, con tiras bordadas y un gran lazo en la cintura. Cuando lo vean, todas las chicas del pueblo se morirán de envidia. Me lo pondré el día de la fiesta mayor, y seguro que el hijo del molinero querrá bailar conmigo al verme tan guapa. Pero no voy a decirle que sí de buenas a primeras. Esperaré a que me lo pida varias veces y, al principio, le diré que no con la cabeza. Eso es, le diré que no: "¡así! "

La lechera comenzó a menear la cabeza para decir que no, y entonces el cubo de leche cayó al suelo, y la tierra se tiñó de blanco. Así que la lechera se quedó sin nada: sin vestido, sin pollitos, sin huevos, sin mantequilla, sin nata y, sobre todo, sin leche: sin la blanca leche que le había incitado a soñar.


Fábulas de Esopo.

lunes, 10 de noviembre de 2008

la vida es bella

no hay palabras
una película brillante
me encantaba como el padre hacía del campo de concentración un juego para que su hijo no se enterase.



domingo, 9 de noviembre de 2008

postdata te quiero

Este tipo de pelis me suelen aburrir porque son todas iguales, pero esta me encantó, (y sale el de 300, el de la tableta de chocolate :p)
Que no me pase en la vida como a la chica, pero me gustaría que me mandasen cartas así





pd: borré sin querer el post anterior sobre la nancy y no sé como recuperarlo, pero he leido todo lo que me habeis escrito y os habia contestado

miércoles, 5 de noviembre de 2008

me apetece


Mi madre los domingos hacía caldo, que rico, que ganas de comer un buen caldo gallego, lleva alubias blancas, ternera, costilla salada de cerdo, jamon, patatas, grelos (a falta de estos repollo) y manteca de cerdo o unto, también gallina para darle sabor, mi abuela echaba pollo, yo me ponía morada de grelos y patatas, que no me gustan cocidas pero en el caldo tienen un sabor buenisimo, yo no le echo aceite ni nada, y me pongo morada de costilla de cerdo, me encanta, este verano mi madre me hizo, que rico.
Luego me tomo una taza de caldo, y la cenaba siempre que podía y al caldo le echaba pan. Me está entrando un hambre....
Aquí podría hacerlo, es buscar los ingredientes, pero me gusta ir a casa de mi madre siempre que puedo y que me haga un buen caldito

sábado, 1 de noviembre de 2008

olores


el olfato dicen que es el primer sentido que se desarrolla, así es como reconoce un bebé a su madre, yo creo que ultimamente me he vuelto muy susceptible con los olores, supongo que todo el mundo, pero ultimamente no soporto el mal olor, me tengo que alejar de inmediato.

y luego adoro el olor de:

el mar

el café recién hecho

el de mi chico

el de un bebé, cuando iba de visita a pontevedra antes de irme olía la ropa de mi sobrina para recordarla

el olor a tierra mojada

el de la hierba recién cortada

las enchiladas de "el rincon del mexicano" allí en pontevedra

el del restaurante hindú aquí al lado de mi casa en barcelona

el té de mora

....

y miles de olores más que me traen buenos recuerdos