martes, 13 de mayo de 2008


Esta es una de mis pelis favoritas, y me pasa lo de Melvin, que no lo reconoce pero adora al perrito, hasta cambió alguna de sus manías por él, se sentó en otra mesa que no era la suya.
¿Conoceis a alguien tan maniático? pero a pesar de todo es encantador, y como leí hace tiempo en un sitio si cada uno tiene sus manías ¿por qué no voy a tener yo las mías?
Al final a este hombre lo cambió el amor, si es que el amor lo puede todo (y los perritos también)

3 comentarios:

Miguel dijo...

El amor, a veces, lo tienes delante; sientes que hay otra persona que tiene un halo especial. No sé, si en este caso, te diría que, más que el amor que lo cambia, y lo puede todo (que también), es el darse cuenta que, independiente de las rarezas de cada uno de nosotros, cuando quitas todas las protecciones para evitar que los demás te hagan daño, aparece la persona que puedes llegar a amar.
Y el perro es el primero que se da cuenta.
Gracias por recordarme que tengo que volverla a ver.
Imaging

eva dijo...

imaging yo también volveré a verla que hace tiempo que no lo hago
saludos

Nochestrellada dijo...

Perdí la cuenta de las veces que la he visto cada vez que la dan en la tv...
Es cierto, el amor te cambia la vida...
amores locos como el de este personaje...
y el amor incomparable de estas pequeñas y maravillosas criaturas que nos acompañan...

un beso!